EL PRIMER BESO… DESPUÉS DEL DIVORCIO. CAPÍTULO 27. Una humillación necesaria
EL PRIMER BESO… DESPUÉS DEL DIVORCIO. CAPÍTULO 27. Una humillación necesaria
Chase entrecerró los ojos, incómodo, pero se recompuso rápido, mostrando esa sonrisa falsa que usaba en los negocios.
—Yo no te reconozco como accionista, Rebecca —dijo con desprecio, modulando cada palabra—. Y mi hijo, en este momento, no está en condiciones de sacar adelante la compañía. Ya lo demostró al cederte la mitad de sus acciones. ¡Eso solo prueba que ya no es confiable!
Rebecca sintió un cosquilleo en el estómago, mezcla de furia y ganas de acomodarle a patadas los pocos huevos que tenía. Estaba a punto de replicar, pero en ese momento, desde la puerta, se escuchó una voz grave, cargada de sarcasmo y de verdades.
—¿Y qué tan confiable es el hombre que embarazó a la amante de su propio hijo, y ahora está reuniendo a una junta para destituirlo, mientras su esposa pelea por su vida después de un infarto que él mismo le provocó?
El silencio en la sala de juntas se volvió tan denso que casi podía cortar