AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 37. Un desayuno familiar
AMOR EN TIERRAS SALVAJES. CAPÍTULO 37. Un desayuno familiar
Llegar a la casa de Henry fue para Carter algo así como entrar a una dimensión de calidez y amor de la que ya no recordaba mucho. Llevaba tantos años solo, que una “familia numerosa” era extraño para él.
Allí no solo estaban Henry, Rebecca y el bebé Ethan, sino también Carlota, la madre de Chelsea y Henry; Curtis, el padre de Rebecca, y Seija y Camilo, sus mejores amigos, a quienes ya conocía.
Desde el inicio todo fueron abrazos y agradecimientos, hasta que toda la atención se volvió hacia Carter, que estaba de pie tratando de pasar desapercibido, con las manos en los bolsillos.
—No sé cómo agradecerte por habernos encontrado —le dijo Rebecca con una sonrisa cálida—. Si no fuera por ti, no sé qué habría pasado.
Carter bajó la cabeza, un poco sonrojado.
—Solo hice lo que cualquiera habría hecho.
—No —intervino Camilo, levantando una ceja—. No cualquiera habría llegado tan rápido desde Canadá hasta aquí. ¿Cómo demonios lo hicis