KIERAN:
La sentí, desde que salió de la habitación supe lo que mi Luna pretendía. No la detuve; quería ver qué era lo que iba a hacer sin decírmelo. La seguí silenciosamente hasta verla llegar a la barrera. ¿Iría a traicionarme? Escuché todo lo que hablaba con Vikra y supe enseguida lo que pretendía, pero esperé.
—Mi Luna —salí a su encuentro, viendo cómo se asustaba—. ¿Qué haces a estas horas de la noche fuera de la casa? —¡Mi Alfa, me asustaste! —dijo Claris viniendo a mi encuentro, y se abrazó a mí. Cuando se separó, me respondió sin dudar—. Fui a ver si podía engañar a Vikra para que me contara lo que está sucediendo afuera. No sé si lo logré, pero quedó en verme mañana a la misma hora. También, en el recorr