CLARIS
Mi loba Lúmina dio un paso al frente, dejando que su luz se filtrara más allá de los árboles, cubriendo todo a su paso. La sensación quemaba en el aire, intocable, conectándome con la barrera protectora que reforzaba aún más a la manada. A mi lado, mi Alfa me admiraba con orgullo. Nadie podría negar lo que éramos jamás.
—Mi Alfa, creo que debemos analizar todas las cosas que han sucedido antes de que yo no pueda seguir soportando esa barrera protectora. A falta de Elena, necesito que el brujo mayor, Marcus, me ayude —dije, girándome para verlo. —Por supuesto, mi Luna —respondió de inmediato—. Yo me encargo de mantenerla segura mientras ustedes tres se unen. Volvimos a ser humanos y, mientras Kieran se dirigía con sus lobos a recorrer la manada, Clara, los cachorros y yo nos encaminamos al interior de