388. LA CURACIÓN DE CLARA
CLARIS:
No sabía lo que estaba sucediendo. Los rumores sobre la nueva adquisición de la empresa en la que trabajaba por un jefe estricto tenían a todos nerviosos. Cuando me llamaron a la dirección, fui asustada. Mi asombro fue muy grande al ver al jefe. Era muy apuesto y mi corazón saltó alborotado con solo verlo. Respiré profundamente y me senté frente a él; lo que vino después solo me llenó de confusión.
Aunque todo me resultaba sospechoso, no me importaba. Si alguien podía curar a mi hermana gemela, lo demás era insignificante. Llamé a mamá explicándole todo, y me dijo que venía enseguida. Sin embargo, al llegar me encontré con una señora en la entrada.
—¿Y tú quién eres? —me preguntó sin saludarme.
—Soy la nueva asistente de la dirección, Claris —contesté enseguida—. ¿En qué puedo ayudarla?
—Soy la prometida del jefe y su asistente personal —contestó Sarah para mi asombro—. Tú debes ser mi suplente hasta que me ponga bien.
—Oh, lo siento, que se ponga bien pronto —dije caminando c