KIERAN:
Miré a todos, que me observaban con temor, preocupados de que me sucediera algo, pero yo me sentía perfectamente bien. No notaba ningún cambio en mí. Después de la primera sensación, todo volvió a ser como antes. Además, había cuestiones más complejas por resolver como para preocuparnos por eso en este instante.
—Fenris, ¿ya llamaste al consejo? —pregunté, tratando de desviar la atención de las energías. —Ya lo hice, mi Alfa, pero si se fija, es de madrugada. Mejor descansemos —sugirió mi Beta, sin dejar de mirarme preocupado—. ¿Estás seguro de que te sientes bien? Los murmullos cesaron de repente y Marcus abrió los ojos, visiblemente tenso. Se enfocó en mí y, por primera vez en lo que podía recordar, parecía asustado. —Perdón,