KIRIAN:
Corrimos con todas nuestras fuerzas tras el pequeño omega, mi primo Gael, la única verdadera familia de sangre que me quedaba y a quien amaba con todo mi corazón. Me dolía verlo rechazado por su pareja destinada. Fenris y Rafe me seguían, junto a los guerreros que formaban mi guardia personal. A pesar de estar protegidos por la barrera de los brujos, era peligroso dejarlo ir solo. ¿Y si salía de allí?
—¡Gael, espera por mí! —lo llamé, sintiendo que algo muy malo estaba a punto de suceder. Pero él no se detenía. Aceleré; aunque Gael era un omega rápido, no podía compararse conmigo. En dos zancadas lo alcancé y lo atrapé por el cuello justo antes de que saliera de la barrera, solo para ver cómo Sarah era envuelta en un humo carmesí y desaparecía ante nuestros ojos antes de que pudiera hacer