CLARIS:
Todo había sucedido de repente: la llamada del amigo de mamá al llegar a este país, pidiendo nuestra ayuda para firmar un contrato con el gran empresario Kieran Theron, quien aseguraba que podría ayudarnos a establecernos aquí, y la firma para trabajar para él, todo en un día.
—Si él se fija en ti, Claris, todas las puertas se te abrirán —había dicho él, y era cierto. Ese contrato que firmó sin apenas mirarlo decía mucho sobre un hombre con tanto poder, y me hacía acelerar el corazón.Nunca antes un hombre me había hecho sentir así. Por eso, al mismo tiempo, me sentía confundida y halagada. Había algo salvaje en él que me atraía y me asustaba a partes iguales. —Es como si no fueran completamente humanos —susurré para mí misma, y un escalofrío recorrió