Megan salió del tocador y Derek ya no estaba. Se sentía un poco mejor luego de descargar su estómago y darse aquella ducha, pero de todos modos, pediría un café y unas pastillas para la resaca en recepción.
Cuando se dispuso a llamar, vio su móvil en la cama y recordó que Derek le había dicho que la llamaban. Tomó el teléfono y fue al registro de llamadas, viendo el nombre de Luck.
De inmediato volvió a marcar su número y al cuarto repique él contestó.
—Hola… —dijo Megan en un susurro ya que él no habló—. ¿Cómo estás?
—¿Cómo crees que me siento luego de que tu esposo respondiera a mi llamada? —le dijo él en un tono tosco que a Megan le dolió.
Ella respiró hondo y tragó grueso para responderle:
—Supongo que de la misma ma