Capítulo 40. Una inesperada propuesta
Sofía apenas fue consciente de su alrededor cuando llegaron por ella.
Ni siquiera la voz de Eve hizo que alzara el rostro.
— Sof…
Fue como si de pronto hubiese perdido perspectiva de todo.
Eve la cubrió con sus brazos y le dijo que estaba allí en palabras suaves, que la llevaría a casa y que iba a estar bien. Que todo iba a estarlo.
Pero ella seguía ajena a las palabras, al mundo entero, salvo por la dulce voz de Camila que la hizo detenerse antes de salir de la mansión y darse la vuelta.
— Sofi, ¿estás llorando?
Sofía sintió que un hueco se abría en su pecho, y aquellas nuevas ganas de llorar la asaltaron. Camila estaba bajo el marco de la puerta, con aquel vestido precioso que ambas habían escogido para la ocasión horas antes. Su semblante de preocupación la abrió la piel en dos.
— No, mi pequeña — dijo Sofía apenas con voz, agachándose a su altura.
— Pero… tus ojitos están iguales a los de mi papi. Él parece que también está llorando. ¿Por qué, Sofí? ¿Están tristes? ¿Es que a mi pa