Capítulo 38. El día de la revelación
La mañana del cumpleaños de Marcus, la cocina de Sofía a olía a chocolate y vainilla. Recordar el pasado, y todas aquellas veces que horneó su pastel de cumpleaños y se lo llevó a la cama con emociones saltando en su estómago como maripositas, la hicieron derramar lágrimas de nostalgia.
Que distinto hubiese sido todo.
Que distinto… hubiese sido si no los hubieran separado. Si esa familia no la hubiera arruinado.
— Buenos días — la voz Eve la hizo limpiarse las lágrimas y alzar el rostro con una sonrisa.
— Buenos días, Eve.
Eve torció una sonrisa, y se recargó contra el marco de la cocina.
— ¿Estás segura de que quieres hacer esto? Digo, no tienes que… estar frente a ellos cuando todo esto estalle, Sof.
Pero Sofía negó.
— Es cuando más quiero estarlo. Quiero ver sus caras. Quiero ver… como se enfrentan entre ellos, como se culpan entre sí, porque créeme, lo harán. Quiero ver como se atreven a mirar a Marcus después de lo que nos hicieron. Y luego… luego yo le contaré la verdad a él. Le