Mundo ficciónIniciar sesiónEl vestido que Camila había elegido para la noche era de seda color marfil, simple pero elegante, con un escote que sugería sin revelar. Se miró en el espejo de su habitación, estudiando a la mujer que le devolvía la mirada. Había algo diferente en sus ojos esta noche—no confianza exactamente, sino una determinación teñida de desafío.
No le había dicho a Alejandro dónde iba. Técnicamente no le debía explicaciones sobre cada evento al que asistía. Ese era el argumento que había estado repitiéndose durante todo el día, un mantra diseñado para ahogar la voz pequeña que susurraba que esto era un error.
El toque en su puerta fue suave pero firme.
—Señora Montes—, la voz de Marcus tenía ese tono cuidadoso que usaba cuando estaba a punto de decir algo que ella no quería escuchar—. ¿Est&a







