Capítulo 52.
POV Valeria
El día amaneció con un brillo distinto, como si incluso el sol hubiera decidido ponerse de fiesta. Desde temprano, la mansión se llenó de movimiento: flores que iban y venían, risas femeninas en las habitaciones, pasos apresurados de quienes organizaban los últimos detalles. Esa mañana no había angustia, ni planes de rescate, ni lágrimas por ausencias. Hoy era un día de amor. Hoy era la boda de Cintia y Adrien.
La vi en el vestidor, frente al espejo, con el vestido blanco extendido sobre su cuerpo menudo. Los encajes parecían acariciar su piel y la falda amplia la envolvía como un mar de espuma. Cintia estaba radiante, aunque la emoción hacía que sus manos temblaran ligeramente. Me acerqué a ella, sonriendo, con los ojos húmedos.
—Estás preciosa, amiga —le susurré, colocando un mechón rebelde detrás de su oreja.
Ella sonrió, nerviosa. —No sé si pueda dar el paso… siento que voy a desmayarme.
—No, no lo harás. —Le apreté las manos—. Porque no vas sola. Vas hacia el hombre q