Capítulo 25. Alina sospecha de Zack.
Alina se quedó inmóvil, con la respiración atrapada en la garganta. La foto en manos de aquel hombre con cicatriz parecía inmovilizarle todo el cuerpo en un miedo paralizante. Sus ojos se desviaron hacia la silueta detrás de él: una figura alta, erguida, con unos hombros que conocía demasiado bien.
Zack.
Pero… ¿por qué estaba allí Zack? ¿No se había marchado hace apenas un momento?
Alina retrocedió un paso, aunque sus ojos permanecían fijos en la ventana. El hombre de la cicatriz golpeó suavemente el cristal, con un ritmo que parecía un código. Su mirada no era solo una amenaza: había un mensaje oculto en ella.
—¿Quién eres? —susurró Alina para sí misma.
Entonces, el hombre pegó otro trozo de papel bajo la foto. Su caligrafía, firme y clara, decía:
«Él los eligió a ellos».
La sangre de Alina pareció helarse. «¿Ellos»? ¿A quiénes se refería?
El hombre retrocedió un paso, le dio una última mirada y luego se alejó hacia el callejón. La silueta de Zack desapareció junto con las sombras de