Capítulo 17. Comienza a revelarse
El cielo nocturno lucía sombrío cuando Zack puso un pie frente a la lujosa casa de arquitectura colonial que se alzaba majestuosa en lo alto de la colina. La luz amarilla de las lámparas tenues iluminaba el jardín y las paredes de piedra adornadas con pinturas costosas.
El aliento se mezclaba con el frío de la noche. Zack apretaba los puños con fuerza, aún sosteniendo el sobre con la dirección escrita por su madre. Tras tanto tiempo buscando, allí estaba él, de pie frente a la casa del padre que alguna vez había sido su orgullo… y su odio, al mismo tiempo.
Ni siquiera tuvo tiempo de tocar el timbre cuando la gran puerta se abrió lentamente.
Un hombre mayor, con traje azul oscuro y la corbata floja, apareció en el umbral. Su cabello ya encanecido y sus ojos, que alguna vez transmitieron autoridad, ahora mostraban duda.
—¿Zack? —murmuró en voz baja.
—Samuel —respondió Zack con tono plano. No dijo “papá”, ni “padre”. Solo el nombre. Frío. Distante.
Samuel bajó la cabeza, como si supiera