—Señora Minerva, quiero esas pruebas, pero también quiero que me digas algo.
—Adelante, querida.
—Pensé que al principio defendías mi relación con Antonio, lo digo porque varias veces lo nombraste.
—Lo hice para que Leonardo no se atreva a lastimarte, Sofía. Es mi hijo, pero desde que Francesca lo abandonó es cruel con las mujeres. No te fijes en él— le aconsejó.
—Yo… le pido un permiso, no me siento bien.
—Te haré llegar las pruebas en una hora. Cuida a mis nietos, iré a hablar con mi hijo.
—Está en el área de gimnasio— le informó y se retiró, dejando a Minerva con la intriga.
Sofía llega a la habitación de los niños, está pasmada con la información que le dio Minerva y de cierta forma le molesta que los demás sepan todo y ella siempre de última, como la tonta con la que juegan como si no tuviera sentimientos. Al llegar a la habitación de Michelle, está Cedric, organizando la cama.
—Señor Cedric— lo mencionó y ingresó a la habitación.
—El niño Michelle está en el bañ