Thor se levantó, caminó hasta Celina y se arrodilló frente a ella.
—Pero volví a decepcionarlo cuando elegí a Karina y me casé con ella. El acuerdo era que me casara con Isabela. Todo estaba cerrado. Pero fui terco. Seguí mi corazón. Raúl se decepcionó. Nos distanciamos otra vez. Pero Karina… ella lo conquistó. Y cuando supo que sería abuelo por primera vez, estaba radiante.
Celina bajó la mirada y Thor tomó sus manos.
—Como ya sabes, la vida me lo quitó todo. La mujer. El hijo. La paz. Pero mi padre… mi padre me dejó una lección que nunca voy a olvidar. Decía que cuando un hombre se interesa por una mujer que tiene un hijo, primero debe aceptar al niño. Y ser, si es posible, mejor que el padre biológico.
Thor pasó el pulgar con cariño por sus manos.
—Esa es la actitud de un hombre de verdad, Celina. Y eso intenté hacer. Porque mi padre, el hombre que me enseñó lo que es el amor verdadero, me lo mostró en cada gesto. Nunca obligó a mi madre a nada. Cuando ella lo rechazaba, él esperab