MARÍA Y LA HISTORIA QUE ME HIZO SENTIR BIEN.
-Ay mi niña, dijo María con aquella vos suave como de una mamá, tomate este chocolatito con galletas, esto te ayudará a estar mejor, sirviéndome en un tacita un poco de chocolate y poniéndome unas galletas que había horneado ella en la mañana me dispuse a comer algo.
-Señora María, siéntese conmigo a tomar un chocolate por favor, nunca me ha gustado comer sola y usted es una excelente compañía le dije sinceramente.
María sonrió, fue por una taza y se sentó del otro lado de la mesa a tomar el chocolate conmigo.
-Mi niña, puedo contarte una historia-
-Claro que sí, lo que quiera, me encanta escucharla hablar, en usted hay algo tan maternal que me hace sentir segura.
María sonrió gentilmente y dijo; Hace algunos alos cómo te dije, trabajo para esta familia, siempre estaba con Pablo, cuando sus padres salían a cenar, alguna actividad o algunas veces iban de viaje y no podían llevar al niño, era yo quien me quedaba con él, una noche, doña Andrea me pidió que por favor, aparte de Pablo, le