Mundo ficciónIniciar sesiónAgatha salió después de siete horas de operación, tras incorporar los trasplantes.
Leandro dormía en una camilla que había traído, cubierto por su saco.
Eran las seis de la mañana.
Agatha, al verlo, sonrió con cansancio.
—Sí se quedó el animal… bien dicen que la curiosidad mató al gato.
Caminó hacia él, y justo cuando iba a tocarlo, Leandro tomó su muñeca. Luego parpadeó un par de veces, enfocando la vista.
—Mi fierecilla… al fin terminaste. ¿Te sirvió tu amiguito?
—Así es. Ahora, ven a mi oficina, o no te podr&e







