 Mundo de ficçãoIniciar sessão
Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl hombre sujetaba a Anna y caminaba hacia atrás con Leandro amarrado a ellos. La tensión en la cuerda era mortal; un movimiento en falso bastaría para arrastrarlos a los tres.
—Después de todo esto, mi jefe me matará —dijo el hombre con una sonrisa vacía—, pero me los llevaré conmigo.
Al ver eso, Leandro notó el barranco detrás de ellos. Miró a Lissandro, tratando de avisarle con la mirada, y se lanzó contra el hombre, haciendo que soltara a Anna. Pero eso no bastó, los dos rodaron cuesta abajo, entre gritos y polvo arrastrando a Anna con ellos.
—¡NOOOOO, ANAAA! —el grito de Lissandro fue desgarrador.
Se tiró hacia ellos, tomando la punta de la cuerda. Todo pasó muy rápido: Anna, amarrada, sujetándose con las manos al borde del barranco; Leandro también amarrado a la cuerda, mientras el h









