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Mundo ficciónIniciar sesiónArthur apoyó la espalda contra la pared de la oficina, los brazos cruzados, mirando a su hermano con esa mezcla de fastidio y resignación que ya le era familiar.
—Hermano, te vas a meter en problemas. No sabemos quién está detrás de ese hombre. Por algo esa mujer no ha podido escapar en tantos años.
Cristian sonrió ladeado, encendiendo un cigarro con calma.
—Arthur, sabes que amo los problemas. Le dan sabor a la vida.
Arthur rodó los ojos.
—¿Por qué eres tan testarudo?
—Porque tengo un hermano que cubre mis espaldas —respondió Cristian, dándole una palmada en e









