Mundo ficciónIniciar sesiónDos días después, el orfanato se llenó de voces infantiles y ladridos. El cielo estaba despejado y el aire olía a pan recién hecho del desayuno. Luz esperaba en la puerta, con Zeus sentado obedientemente a su lado. Cuando vio llegar a Michelle, su sonrisa se iluminó.
—¡Michelle!
—¡Luz!
Él soltó la correa de Camelia y la perra salió corriendo hacia Zeus, moviendo la cola con entusiasmo. Los dos animales se reconocieron enseguida, girando alrededor del jardín como si compitieran por quién ladraba más fuerte.—Así que este es el famoso orfanato —dijo Michelle, mirando alrededor mientras caminaban hacia la entrada.
—Sí, y los niños son un encanto. Te van a adorar —respondió Luz, sonriendo.Apenas cruzaron el portón, no alcanzaron a caminar unos metros cuando un grupo de niñas co







