La doctora tranquiliza a Ariel, diciéndole que nada de eso les va a afectar, pero Camelia debe someterse de inmediato a un chequeo general en el hospital. Además, deberán mantener un seguimiento constante durante y después del embarazo. No saben si ella ha adquirido el VIH.
—Aunque te hicimos profilaxis, Camelia, debes ahora, más que nunca, mantenerte alerta —observa la mirada de miedo en sus rostros, sonríe y pregunta—. ¿Quieren volver a escuchar el latido? ¿Camelia?—¿Es de Ariel? ¿Está segura de que mi bebé es de Ariel? —insiste Camelia, sintiendo todavía un enorme miedo albergado en su pecho.—¡Sí, sí, cariño! ¡Seguro lo hicimos aquel día en el jardín! Ja, ja, ja… —ríe nerviosamente Ariel, tratando de desviar la atención del susto que tiene Camelia—. ¿O