176. COSAS DE LOS RHYS
En el jardín, Camelia sigue a Ariel después de dejar en su habitación a la abuela, quien quiso descansar un poco. Sabe que, aunque no dice nada, todo lo sucedido con su padre le afecta profundamente. Es su único hijo, y ella pensó que había hecho un buen trabajo criándolo sola y educándolo. Está realmente triste y decepcionada, aún cuando se muestra firme y valiente por ella.
—¿En qué piensas, Cami? —pregunta Ariel al escucharla suspirar constantemente.
—En mi abuela. No dice nada, pero yo sé que no está bien —confiesa de inmediato.
—Félix me dijo que su condición no era tan seria, que es cuestión de seguir el tratamiento correcto al pie de la letra para que no se descompense. Aquí la cuidaremos mucho —dice Ariel tomando una de sus manos.
—Gracias, amor. También me lo dijo a mí. Me preocupa que esté tan triste y decepcionada con papá —corresponde Camelia acariciando su mano.
Ariel la observa y la atrae hacia sí. Luego la besa en la frente, asegurándole que no debe preocuparse. Gisela