Hailee.
Siento como es que me falta su aroma, su piel. Abro los ojos y estoy sola en su oscura habitación. No hay ninguna luz encendida y solo puedo percibir las luces que traspasan la delgada cortina. Encuentro un reloj en el mueble frente a la cama que anuncian las 5 de la tarde, he dormido muchísimo y eso me hace sentir ligeramente mareada. Aún no sé dónde estoy y eso lejos de asustarme me parece algo fascinante.
Me remuevo bajo la fina sábana y mis piernas duelen infinitamente al igual que mi trasero. La imagen de Marc acude a mi mente casi de inmediato, sus manos, sus brazos, la fuerza con la que se abre paso me hace estremecer.
Cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad, empujo mi cuerpo para tomar asiento y el dolor me invade. Mi trasero se siente fatal debido a los azotes q