Capítulo 23

Megan

Siento su enorme cuerpo a mi lado, eso me hace sonreír. Llaman a la puerta y sé que es Dona.

—Mi niña… —me apresuro a cubrir el cuerpo de Ezequiel con la manta y mi cocinera se adentra—. He traído el…

—Buenos días —digo con una leve sonrisa

—Oh… perdón, mi niña yo… ¿ese es Ezequiel? —asiento mordiéndome el labio y una sonrisa aparece en su rostro —. ¿Qué digo?, vieja imprudente, me voy, disculpa…

La puerta se cierra y escucho como sigue disculpándose mientras recorre el pasillo. Miro a Ezequiel con su único ojo sano, abierto.

—Vaya… —me toma en brazos y me acuna en su regazo—. Buenos días mi amor…

—Hola —digo y siento como recorre las cicatrices de mis piernas. Ayer lo vi en sus ojos, dolor, culpa, rabia—. Deja eso ya… por favor.

—No puedo, me llevará tiempo—escucho una notificación en mi móvil y al mirarlo me percato que he perdido mis vuelos—. ¿Quién es?

—El aeropuerto —digo y él me mira extrañado

—¿Por qué? —cuestiona y yo bufo

—No planeaba quedarme aquí, contigo trabaja
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