CAPÍTULO CINCUENTA:ROL DE PADRE.
Alice Collins de Vaughn.
Matthew y yo logramos vestirnos en un tiempo récord, con las mejillas aún ardiendo por el reciente asalto pasional donde me encuentro atrapada en cuerpo y alma. Con una sonrisa reluciente en mi rostro, Matt y yo salimos de la habitación tomados de las manos. Miro nuestras manos entrelazadas y siento que el anillo en mi dedo brilla más que nunca, como si flotara en la burbuja donde me encuentro.
—Los niños deben estar ansiosos —comento, pensando en ellos—. Están felices de tenerte, Matt. ¡Sabes!
Asiente levemente.
—Aunque no lo creas, yo también —exclama con suavidad y lo siento suspirar.
Los gemelos esperan impacientes en la puerta, aplaudiendo y correteando, gestos que ambos hacen frecuentemente cuando tienen urgencia y deben esperar.
—¿Ya nos vamos? —preguntan al unísono.
—Sí, campeones, prepárense para un día divertido —exclama su padre, y yo asiento, afianzando la promesa.
Tomamos a los niños de la mano y bajamos las escale