CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO: VACACIONES EN MÁLAGA.(Parte I)

Matthew Vaughn.

Llegamos a casa cuando el sol ya se ha ocultado, dando paso a la noche fría y a un cielo estrellado con una luna creciente reluciente.

Cruzamos el umbral de la puerta principal, y los niños salen corriendo a buscar a su Tía Avy. Por el camino, vienen parloteando entre los dos sobre lo que le contarán del paseo y lo divertido que fue.

—¡Niños, no corran! —levanta la voz su madre, en modo de advertencia.

Mientras avanzamos Alice y yo hacia el living, Avy aparece en nuestro campo de visión, y los niños ya están con ella, dándole su relato.

—Me parece muy bien que se divirtieran, mis niños —logro escuchar. Ella les responde con alegría, esbozando una sonrisa. Puedo sentir el cariño que les tiene. «Debo suponer que está con ellos desde pequeños», pienso.

Alice y yo la saludamos. Tomamos asiento, y ambos aprovechamos para informarle del viaje improvisado que vamos a realizar. Cuando decimos "vamos", es porque a ella la