El Jeque no tuvo más remedio que abandonar la habitación, sabía que su esposa era de armas tomar, así que no quería complicar más las cosas, esperaría a que ella se calmara para volver.

Momentos más tarde, el Jeque ya se encontraba en un exclusivo bar de la feria ciudad, su humor estaba más negro que la noche.

— Alejandro, convocaste una reunión urgente, todos estábamos ya con los bebés a punto de dormirlos, ¿Qué es eso tan urgente? ¿Alguien nos está robando? ¿De cuánto es el desfalco? — El CEO Vladimir preguntaba intrigado.

— No hay problemas en la empresa, en ninguna que yo sepa, fué solo que no quería llegar a mi villa. Así que aproveché para que salieran de su casa para desestresarse tomando un trago.

Los CEOS Rafael Mendoza y Emiliano Mendoza, enarcaron una ceja, ese Jeque si que era osado.

— Esta noche era mi noche especial, Angela se estaba preparando para mí en la habitación mientras yo dormía al pequeño Dimitrir. — Dijo el hombre de traje verde olivo oscuro. Él