Bella siempre pensó que su destino era tomar los mandatos y ser una monja, pero cuando su hermandad es asaltada por piratas y ella es llevada como rehen, supo que ese destino había cambiado. Eric es temido por muchos y amados por otros, ve en Bella una oportunidad de tomar venganza de lo que su padre le hizo pero ¿qué pasará cuando el Rey Pirata se cruce con los hermosos ojos color cielo de Bella?
Leer másJade se mantiene de brazos cruzados mientras observa a Eric quien se encuentra leyendo las cartas marítimas que obtuvieron como pago por cumplir su parte del trato. Por los últimos diez minutos, dentro de la estancia solo se ha escuchado el leve paso del papel cuando las cartas han sido volteadas y el suave murmullo del mar en la distancia. Ya no pudiendo aguantar por más tiempo lo que tiene atorado para decir, Jade finalmente rompe con lo pesado del ambiente.—¿Ya puedes explicarme qué demonios te pasó por la cabeza como para creer que era buena idea llevar a la princesita contigo?Eric no se sorprende por el reproche, lo que realmente le sorprende es que la pelinegra aguantase tanto antes de dejarlo salir. Eligiendo no darle largas al asunto y simplemente encarar el tema, deja las cartas de lado y levanta la mirada de las cartas y fijarlo en Jade antes de responder con un tono calmado. — No tenía otra opción, dejarla atrás era…¡Lo más sensato que podías hacer!— Jade exclama sus
— ¡Capitán! — Es el grito del vigía, mismo que resonó desde lo alto del mástil principal. —¡Tierra a la vista! ¡llegamos a casa! —, anunció con entusiasmo, su voz llevada por el viento a través de la cubierta. Todos los presentes se giraron hacia él, esperando las órdenes de Eric. Caminando hacia el mascarón de proa, Eric se queda en silencio mientras observa las aguas previas al paso de coral. Que de nuevo se hubiese desatado una tormenta la noche anterior, le hace ser más precavido con el verdadero nivel de las aguas. El pelinegro permaneció en su lugar, sus ojos escudriñando el horizonte del agua en busca de cualquier indicio de que la marea estuviera turbada, y para su mala suerte, es así. Él mejor que nadie sabe que quedar encallado en el banco de coral que rodeaba la bahía es el peor de los infiernos. Un silencio tenso se apoderó de la cubierta mientras Eric evaluaba la situación. Inspirando profundamente, Eric finalmente habló, su voz firme pero tranquila. — Preparen las vela
**El sol, aunque aún presente, ya había descendido bastante en el cielo. El camarote de Eric estaba sumido en un silencio interrumpido solo por el sonido de las olas al chocar con la madera del barco. Seamus, entró con paso firme, trayendo consigo noticias sobre el estado de la mujer. Sus ojos se posaron en Eric, quien estaba sentado en un rincón, una botella de ron entre sus manos.El capitán observaba el líquido ámbar con una expresión sombría en el rostro, sus pensamientos sumidos en la preocupación dando una imagen poco común en él. Sus rasgos estaban marcados por la tensión, aunque en esas horas intentara mantener la compostura frente al resto de sus hombres.Seamus avanzó hacia él con seriedad, su mirada escrutadora captando cada matiz de preocupación en el rostro de Eric. El hombre sabe bien que su joven capitán lleva una gran carga sobre sus hombros en esos momentos, por lo que todo lo ocurrido no hace más que aumentar su carga.— El sangrado se detuvo—, anunció con voz tranq
El corazón de Eric se detiene por un instante al ver el impacto del disparo en el cuerpo de Bella. Un gesto de angustia se dibuja de su rostro mientras corre hacia ella, sus brazos extendidos para atrapar su cuerpo antes de que caiga al suelo.— Hermana Bella, — murmura con desesperación, su voz llena de preocupación. El frío que se comienza a apoderar de su piel contrasta con el calor de la sangre que escapa de la herida. Sin perder un segundo, la sujeta con fuerza contra su pecho, tratando de detener la hemorragia con sus propias manos.La tripulación observa en silencio, silencio que no dura mucho pues Seamus se apresura a darle atención médica a la pelirroja mientras Jafed comienza a dar las ordenes necesarias para fijar el rumbo a la isla.Bella lucha por mantenerse consciente, sintiendo cómo el mundo se desvanece a su alrededor. Las voces de los hombres que la rodean comienzan a sonar distantes, como si vinieran de otro lugar, mientras el frío la envuelve y la oscuridad amenaza
Cuando el sol comenzó a despuntar, encontró a Bella de rodillas rezando dentro del camarote, su rostro marcado por el rastro seco de las lágrimas que estuvo derramando durante toda la noche. Con la frente apoyada en sus manos, seguía murmurando oraciones en busca de consuelo y perdón por su pecado. Para ella, la noche había sido larga y cargada de pensamientos oscuros sobre el futuro que le espera si no encuentra una manera de abandonar el barco y volver a su hogar.De repente, un estruendoso barullo resonó fuera del camarote, sacándola de sus pensamientos y haciendo que sus ojos se abrieran de par en par. Las oraciones quedaron suspendidas en el aire, y Bella escuchó con atención, intentando entender la naturaleza del tumulto.La indecisión se apoderó de ella. Por un lado, la curiosidad la incitaba a salir y descubrir la causa del alboroto; por otro, el miedo a lo que pudiera ser la mantenía cautiva en el camarote. Sin embargo, ante un pedido de clemencia, la intriga y la necesidad d
Cuando todo cesó, el barco se sumió en un silencio únicamente roto por la tormenta. Dando la orden de llevar a los rehenes a resguardo, Eric nota como la cubierta del barco vuelve a la vida con el murmullo y el sonido de los pasos. Con la respiración agitada y la espada aún en mano, el pelinegro buscó con la mirada a Bella, cuando da con su figura de pie cerca de la entrada del camarote, avanzó cauteloso hacia ella, sorteando los cuerpos caídos y las huellas de la lucha. Cuando finalmente estuvo junto a Bella, el brillo de las linternas cercanas reveló la tensión y el temblar de su cuerpo. Manteniéndose en silencio, Eric colocó con suavidad una mano en su hombro.Los ojos de Bella, una marcada mezcla de culpa y dolor, se encontraron con los de Eric. En la penumbra, Eric pudo ver cómo las lágrimas recorrían sus mejillas, reflejando la carga emocional que la está ahogando. La espada que sujetaba con fuerza temblaba, testigo mudo de la intensidad de su conflicto.La mirada de Bella desce
Último capítulo