MI MUJER.

Imperio.

Después de salir de la consulta con la doctora, nos dirigimos al Centro Comercial, Luciano había insistido sorpresivamente que lo acompañáramos para buscar los muebles de la bebé. Fue acción que me sorprendió, pero imaginó que no tanto como a Ofelia, quien aceptó con un solo movimiento de cabeza, no sabía lo que pasaba por la cabeza de mi hija y de alguna manera me hizo sentir inquieta.

—¿Podrías detenerte un momento Luciano? Estoy cansada.

Ofelia se sentó sin ceremonia en la banqueta de metal, la preocupación volvió a invadir mi corazón, no había razones para que ella se sintiera mal, recién habíamos dejado la consulta y todo parecía ir bien con ella y la bebé.

—¿Te sientes bien? —pregunté rápidamente al ver su rostro pálido.

&mdash

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo