Las lágrimas milagrosas de Dante.
El cachorro estaba furioso, comenzó a explorar al primer mafioso, él pensó que el lobezno estaba siendo adorable, nunca imaginó que sus minutos estaban contados.
El enemigo quedó hecho pedazos encima de todos los demás, la sangre de su aliado estaba esparcida por todo el lugar.
Dante los fué explotando de uno en uno, cuando quisieron dispararle Massimo intervino ayudándole a matar a los demás.
— ¿Cómo está Elizabeth? — Preguntaba Eliza.
— ¡Está muy herida, tengo que sacarla de aquí, rápido Massimo, vámonos, trae al cachorro!
El Alfa pronto salió con su reina, Pero Emiliano estaba igual que él, su luna también estaba herida.
— Yara... Mi amor, ¿Qué te hicieron? ¡Esos malditos, te han disparado, merecen pudrirse en el infierno!
— ¡Emiliano, hay un hospital que trabaja para mí, apresúrate, llevaremos a tu luna! — El Pakhan se movilizaba, hacía llamadas y movía a su gente.
(...)
— ¡Esto es mi culpa, si me hubieras liberado hace tiempo, habría podido ayudar a Elizabet