Ella no es mi luna.
Subamos, voy a mostrarte la que será tu habitación, después de que descanses un poco bajaremos a cenar, ya los chefs tienen instrucciones de preparar algo especial para recibirte. Si quieres algo en específico solo tienes que pedirlo.
— Lo que preparen está bien, no soy tan quisquillosa con la comida. Mejor dime, ¿De que lado de las escaleras vamos a ir.
Las escaleras se dividían en dos en la parte de arriba, los barandales blancos estaban decorados con tonos dorados, dando la ilusión que te transportdroanna otro mundo.
— Nosotros iremos hacia el lado derecho, en esa ala está mi habitación, tu cuarto estará cerca del mío por si necesitas algo, quiero que el cachorro esté cerca de mí.
— Está bien... Entiendo eso.
— El Alfa tomó de la mano a la doctora y juntos subieron a la segunda planta, ahí Elizabeth se encontró con que en los amplios pasillos había obras de arte valuadas en millones de dólares, cuadros, bustos, relojes,.
Pronto estuvieron frente a una puerta blanc