Ella es una belleza fuera de este mundo.
El poderoso Alfa no le temía a nada, él siempre hablaba con la verdad por difícil, o dura que está fuera, pero no podía decirle aún a Elizabeth que se comprometería apenas llegará a la manada. Si lo hacía, si se lo dijera, ella no aceptaría ir con él, de eso estaba seguro.
— Estoy soltero, por ahora, pero pronto tendré que elegir una esposa por el bien de la familia Gambino. Una mujer que lleve conmigo la carga de un gran poder, y una gran responsabilidad.
Dicho eso, el lobo salió de la habitación, ya se lo había dejado claro, ¿Cierto? No estaría soltero para siempre.
Para la doctora esa respuesta había resultado ser algo ambigua, parecía que ese hombre siempre trataba de mantener sus asuntos muy privados, pero si quería saber de todo lo que sucedía con las personas de su alrededor, ¿Donde estaba lo justo ahí?
(...)
Emiliano y Massimo ya esperaban en el despacho a su hermano mayor. Esperaban que hubiese conseguido algún avance con la doctora humana.
— Por fin apareces