Ella ama al cachorro con todo su corazón.
Los hermanos Gambino iban subiendo al avión junto a sus betas, y Antonino, cuando escucharon el reclamo del rey Alfa.
Estaban tan sorprendidos, jamás en su larga vida lo habían escuchado decir algo como eso, no al tan seguro de si mismo, orgulloso y muchas veces arrogante lobo que no se regía por el amor, ni el romance.
— Wow... Solo estaba viendo el magnífico trabajo que hacía el chef, no lo estaba viendo a él. Aunque... es muy apuesto, ¿Sabes si es soltero? — La doctora se llevó el dedo índice a los labios mientras preguntaba.
— ¡¿Pero que carajos te sucede?! ¡Actúas como si estuvieras soltera, como si no estuvieras esperando un bebé, y como si el padre del bebé no estuviera presente!
Los bellos ojos azules de la doctora pestaleaban mientras observaba al enfadado hombre, si no fuera porque era imposible, pensaría que se la quería comer a bocados.
— Solo estoy bromeando, señor Gambino, no tienes ni una pieza de sentido del humor, sé que todavía sigo casada en los Estado