C61 -VAS A RUSIA.

Anya reunió fuerzas como pudo, se secó las lágrimas, respiró hondo y sostuvo la mirada de Rowan, aunque le temblaban los labios.

—No sé quién es el padre de mi hijo porque… no lo recuerdo —dijo al fin, con la voz rota.

Rowan frunció el ceño, y un bufido escapó de sus labios.

—¿No lo recuerdas? ¿Pretendes que crea eso?

—Te lo juro… —tragó, buscando aire—. Hace cinco años tuve un accidente.

Él no dijo nada, y por alguna razón, la habitación pareció encogerse.

—Me encontraron inconsciente. Dijeron que tuve una contusión temporal, sangrado leve y edema. Los médicos hablaron de amnesia retrógrada, dijeron que a veces el hipocampo… —la voz se le quebró— que a veces borra un bloque de recuerdos cercanos al trauma. Recuerdo mi infancia, muchas cosas de mi adolescencia… pero faltan piezas. Y esa noche es un agujero negro.

Rowan clavó la vista en el suelo un segundo, y Anya ya no quiso parar.

—Desperté en el hospital, los médicos dijeron que me habían llevado unas personas que