C37-ES ROWAN.
C37-ES ROWAN.
Anya entró al hospital con el corazón en la garganta y apenas abrió la puerta de la habitación, lo vio: su pequeño, su tesoro. Aidan estaba recostado en la cama, junto a un libro de colorear que descansaba abierto sobre sus piernas.
—Bebé... —susurró ella.
Los ojitos del niño se iluminaron al verla y al instante se incorporó un poco, estirando los brazos hacia ella.
—¡Mami! —exclamó—. Te extrañaba mucho.
Anya corrió a su lado y lo rodeó con los brazos, besándole las mejillas una y otra vez.
—Yo también te extrañaba, mi amor. Perdóname... sé que casi no vengo, pero mamá está trabajando mucho. Te lo prometo, voy a venir más seguido, ¿sí?
Aidan frunció el ceño con fuerza, apretando los labios, un gesto que en ese momento le recordó a alguien más.
—¿Tu jefe es malo, mami?
Anya se quedó un segundo en silencio, y no pudo evitar que la imagen de Rowan cruzara su mente, sin embargo sonrió.
—Bueno... ahora que lo dices, no es malo. Pero sí un poco amargado.
El niño tomó