— Desconocía ese lado agresivo, tuyo milady.
— Y yo desconozco por completo el hombre que tengo al frente.
— Yo no soy el único que ha mentido en esta relación.
— Qué cínico que eres, yo siempre fui sincera contigo, jamás te oculté nada. — dijo ella lanzándole una mirada de reproche.
Él se rio a carcajada.
— Por Dios Theresa me asombra tu descaro ¿No sé por qué estás tan molesta? Es que no recuerdas todo lo que me dijiste en la carta.
— ¿Qué carta? — preguntó ella confundida.
Él sacó un sobre del bolsillo del pantalón.
— ¿Recuerdas esto? — preguntó él agitando el sobre.
Ella frunció el ceño
— No sé qué es eso.
— Por favor no mientas, tú