— Claro que tenemos un problema, me robaste lo que era mío.
— Yo no te he robado nada, Samantha.
— Edward era mío, maldita, solo mío.
<<Entonces, era cierto lo que siempre había sospechado, esa mujer sentía algo más que una amistad por Michael>>
Sam comenzó a hablar y Theresa aprovechó la oportunidad para meter la mano en su capa y agarrar un pañuelo que tenía dentro del bolsillo y soltarlo en el camino sin que ella se diera cuenta.
—Él siempre fue mío hasta que tú llegaste — dijo Samantha con resentimiento —Al principio, cuando me di cuenta de que Edward estaba interesado en ti, me alegré. Cuando lo conocí era un hombre resentido y amargado que solo tenía en mente la venganza, yo me enamoré de él perdidamente, hacía hasta lo imposible para que se fijara en mí, pe