10.

No sé a qué está jugando Alejandro con esos movimientos.

Había pasado de la formalidad absoluta a una zona de peligro sin previo aviso. Justo cuando intentaba seguir la conversación sobre inversiones, sentí un ligero, ligerísimo roce en mi pierna izquierda, justo por encima de la rodilla.

Al principio, pensé que había movido la silla o que era un accidente del camarero. Enderecé la espalda, tensa. Pero entonces, sucedió de nuevo.

Una punta, la punta de su zapato, me estaba acariciando juguetona y lentamente. No era un toque casual para avisarme de algo; era una caricia intencionada.

Mi respiración se enganchó. Me obligué a no reaccionar, a no mover ni un músculo de mi rostro. Seguí sonriendo al anfitrión, asintiendo como si lo estuviera escuchando con atención religiosa, pero por dentro, el caos era total.

Sentí el calor subir por mi cuello. El contacto se detuvo justo un instante, y luego regresó, esta vez deslizando suavemente la parte lateral de su pie, desde mi rodilla hasta mi mu
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP