ISABELLA
Mientras tanto, en el baño de un motel barato a 20 km de distancia… Isabella se enjuagaba la boca por quinta vez, escupiendo agua como si pudiera eliminar el sabor a Owen y la culpa. De aún no poder estar lista para ellos y lo que le podían ofrecer
—¿En qué demonios te has metido? —le preguntó su reflejo. Respondió, secándose los labios con una toalla áspera. — En algo epicamente estúpido
Pero, carajo…¿Valía la pena arrepentirse si aquella noche había sido la más viva que se había sentido en años?
Tres horas después:
—No pensé que volvería a verte por aquí —dijo Tomas el portero del Rabbit, cruzando sus brazos tatuados mientras yo salía del club. Aún era temprano, demasiado para que el antro estuviera lleno, pero dale un par de horas: era sábado, después de todo, y este lugar siempre terminaba oliendo a sudor, alcohol barato y decisiones cuestionables.
—Créeme, no es por gusto, Tomas ¿Está Alan dentro? —pregunté, ajustándome la chaqueta como si eso pudiera protegerme