32. Compañero cruel

32. Adara

Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que aún no lo asimilaba del todo.

Mason me dejó de pie en su costoso y pulcro baño para llenar la bañera.

No me atreví a moverme de donde me dejó ni un músculo, me sentía rara y mareada.

Demasiado estrés.

En estos momentos, me hacía falta mi madre y me dolía tenerla tan lejos.

—Estas muy pensativa —dijo Mason rodeándome.

—Esta noche hubo demasiada información —le conté un poco lo que hacía pasado.

—Ekaterina solo quería hacer acto de aparición, aún no me como ese cuento de que no sabía de la ceremonia —responde Mason luego de estar callado un momento— esa mujer me dio mala espina.

—Lamento que tengas que lidiar con ella —me disculpé.

No me gustaba verlo consternado y preocupado, pude ver que casi pierde su humanidad y allí si habría sido una calamidad.

—No te lamentes, no es tu culpa —me contesta con afecto— ella volverá, quiere hacer una ronda por las noches con sus zombis chupasangre.

No me gustaba para nada esa ide
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