Santiago se giró hacia Elizabeth, confundido por sus palabras.
—Elizabeth, ¿qué dijiste? —preguntó, notando la preocupación en su mirada mientras ella comenzaba a responder.
Sin embargo, antes de que Elizabeth pudiera terminar, el sonido estridente de su celular interrumpió sus palabras. Santiago contestó la llamada y la puso en altavoz, llevándolos en silencio todo el camino hacia la convención.
Elizabeth, decidida a mantenerse reservada, optó por no decir nada más y bajó del auto al llegar, sin dirigirle siquiera la palabra a Santiago.
Desconcertado, él la siguió.
—Elizabeth, ¿qué pasa?.
Mientras Santiago intentaba hablar con Elizabeth, los paparazzi se acercaron como moscas atraídas por la presencia del famoso empresario en la convención. La multitud de cámaras y flashes creó un muro invisible que separó a Elizabeth de Santiago. Desde la distancia, ella lo observó sonreír y tomarse fotos con sus admiradores antes de decidir entrar al recinto.
Dentro del recinto, Elizabeth se sentó e