La cara de Jeison era seria. Su mirada tan penetrante que parecía querer verle hasta el alma. Respondió, haciendo mucho énfasis:
—No te estoy mintiendo. Me enamoré de ella. Voy a buscarla.
Dicho esto, la apartó con fuerza y se marchó sin mirar atrás.
Cerré el acceso a la cámara de seguridad. Me quedé completamente sin palabras... Hasta que empecé a reírme.
El destino tiene formas extrañas de burlarse de uno.
Jamás pensé que algún día iba a enterarme de que era él... era quien necesitaba este amor.
Él iba a venir al extranjero. Iba a buscarme.
Cuando me tuvo cerca, no me valoró. Y ahora que me fui… al fin se da cuenta.
Pero, ¿de qué sirve?
Noruega.
Por la mañana, como de costumbre, llevé a Luci a la escuela y luego regresé a casa para cuidar mis flores y cultivar el huerto.
La verdad, debo agradecerle a Jeison que nunca fue tacaño en lo económico. Gracias a eso, tengo suficiente dinero para vivir tranquilamente el resto de mi vida.
Mientras regaba las plantas, de la nada vi una sombra a