83. MENTE MAESTRA
NARRADORA
El Rey aceptó de buen grado a Lorien e incluso al pequeño Soren.
Más al saber que no solo le había salvado la vida, sino que era la destinada de su hijo.
Para él, la unión del lazo representaba un vínculo sagrado.
Damon no le contó de las rarezas de su mate, no quería que el Rey se asustara con algo desconocido.
Ya le había mandado una misiva a Asher para encontrarse en las fronteras del Bosque Oscuro, sin embargo, noticias importantes tocaron a su puerta.
—¡¡¿Qué significan estas denuncias, Axtón?!! —el Rey arrojó un cúmulo de documentos sobre su escritorio.
—Padre… no sé de qué se tratan estas desapariciones… yo confié la administración de esas manadas a Svento —frunció el ceño delante del Rey, pensando en cómo salirse de esto.
—¡Pues me dirás dónde está ese inútil! ¡Todo esto lo encontró el contador cuando tomó el control de estas tierras en ausencia de Svento!
Arthur arrojó las hojas que volaron por el aire y cayeron sobre la alfombra.
Eran denuncias de lobos des