65. VIVIENDO EN EL FUERTE
LORIEN
Con grandes zancadas, el príncipe se internó en el fuerte.
Creí que me bajaría frente a los guerreros, para humillarme, pero no fue el caso.
Me mantuve con la cabeza abajo y la vergüenza recorriéndome, imaginando que todos estaban observando este deplorable espectáculo.
¿Y si Soren me veía así?
Subí la mirada un segundo, pensando en enfrentar ojos llenos de lástima, quizás burlas o indiferencia, pero la verdad… es que no había nadie.
El patio interior, vacío; ni un alma asomada en las ventanas de las altas torres.
Cuando nos adentramos por los opresivos pasillos, ni una persona se cruzó con nosotros.
¿Esto es un fuerte lleno de fantasmas o qué?
El intimidante morro azul se acercó de nuevo a mi rostro lleno de confusión.
Antes de reaccionar, volvió a lamerme con suavidad la mejilla. Mis ojos se cruzaron con los suyos rojos, intensos y hermosos.
—Deja de ser cariñoso con la esclava —la voz ronca y áspera de ese salvaje lycan le habló a Ulric
—. No creas que se va a quedar contigo