¿Puede una esclava condenada a muerte convertirse en la pareja de un poderoso príncipe Lycan? Por supuesto que sí, porque a mí me sucedió. Un día estaba a punto de morir, y al siguiente tenía al imponente príncipe Damon De Wynter creyendo cada una de mis mentiras. Sin recuerdos de su pasado, el rostro marcado, lejos de su casa, lo convencí de que era mi esposo y así ganarme su confianza. Todo fue parte de mi plan para entregarlo al palacio y obtener la recompensa que daban por él, recomenzar mi vida con ese dinero… pero la cazadora, se convirtió en la presa. —Ya te expliqué que este es tu verdadero hogar. Tú perteneces a la realeza, y ahora, ¡déjame ir! —Cariño, no mientas más. Me hiciste prometer que debo cuidar a nuestra familia para siempre, y soy un lycan de palabra. Me perteneces, Lorien. Susurró en mi oído con voz seductora, sus manos firmemente sujetas a mi cintura, sus labios acariciando mi piel. No importa cuánto intenté huir, ¡no me dejó escapar con mi oro! ¡¿Y si este lobo embaucador nunca perdió la memoria?! Mi nombre es Lorien Velmoria, y jamás imaginé que mi “familia” cementada sobre mentiras, se convertiría en un vínculo de amor tan fuerte, capaz de desafiar todas las dificultades, incluso, mi verdadera identidad.
Leer másNARRADORA—¿No le parece que, para odiarme, ya le he hecho demasiados favores, príncipe lycan?—Pagaré cada uno de ellos. Tu tribu colinda con el pantano de las fronteras, me aseguraré de darle beneficios —el imponente hombre prometió sin dudar.—¿Por qué no sana sus cicatrices y restaura su cuerpo?—No quiero que Lorien sepa que recuperé mis memorias y a mi lobo… no aún —Damon le pedía discreción.—De mi parte no lo sabrá, pero hizo una buena conmoción, quizás escuchó o vio algo. Como sea, mi gente no dirá nada —eso no fue problema para él, los asuntos de alcoba del príncipe lo traían sin cuidado.Asher, aún débil, invocó un portal por donde llamaba a sus criaturas contratadas, pero esta vez, el pasadizo flotando en la nada los llevaría hasta el refugio con su gente.Damon pasó a través de la grieta espacial con ansias locas de encontrarse, de ver cómo arreglaba la situación.Se tapó los huevos con las manos y lo último que se vio en el pasillo oscuro fueron sus musculosas nalgas.**
NARRADORALas manos de Eldora se aferraron a las rocas, con las piernas abiertas, las nalgas empinadas, recibiendo ese grueso falo que la calentaba y la llenaba de placer.Asher la embestía con rabia, con pasión, sin piedad, sujetándola del cuello y la cadera, haciendo que su cuerpo oscilara, que su boca pecaminosa no se pudiera cerrar de tanto gemir.Los senos de la bruja fueron estrujados y manoseados, su vagina convulsionaba de éxtasis, sus ojos rodaron en blanco.Pero cuando perdía el control, era cuando venía el verdadero peligro… y con Asher, siempre perdería el control.El hermoso rostro de Eldora comenzó a transformarse en su peor pesadilla.Las venas abultadas recorrieron su piel, la máscara de la Neira se colocó en sus facciones.Su magia sujetó con fuerza la de Asher y ya no era dulce y hechicera, sino tirana y asesina, devoradora… lo ansiaba consumir, solo para ella.Eldora se giró con una fuerza increíble y empujó el pecho de Asher, que cayó contra la otra pared del pasil
DAMONEncontramos en el exterior las dos doncellas desmayadas.“Huelo el tufo de magia negra y el dulce aroma de mi mate. Parece que se la llevaron.”Ulric daba vueltas, inquieto.En realidad, el plan era este, pero no confiaba por completo en esos hechiceros del Bosque Oscuro.Ahora, con mis recuerdos de vuelta, el recelo era mucho mayor."El plan era que buscaría a Asher, él rescataría a su mujer y luego escaparíamos por un portal. Es la manera más rápida de llegar a Lorien"Intenté tranquilizarlo y subimos la cabeza en el aire, olfateando el rastro de Asher que se perdía en el interior de la manada.Salí de la habitación con premura, los pasos de mi bestia haciendo eco en los túneles.“Ulric, ¿estás seguro de que Lorien es nuestra?”“Ahora sí estoy seguro. No tengo tiempo de explicarte lo que viví en ese limbo espectral, casi muero en el yermo…” se quedó en silencio por un instante, recordando.“La otra mitad de Lorien me salvó. Ella me dio de beber para no morir de sed, me dijo a
LORIENEstaba aterrada, volando en las alturas sobre esa criatura del Bosque Oscuro.El viento silbaba en mi cabello, nos perdíamos entre las nubes. Me aferraba a la cintura de la hechicera, casi a punto de estrangularla.“Relájate, no te vas a caer, ya estamos cerca de la guarida” volvió a repetirme en la mente.Cuando la sombra de una mujer apareció en medio de la habitación donde me encerraron, casi doy un grito de susto.Me explicó que se habían infiltrado en la manada con ayuda de mi compañero y que me llevaban hacia mi hijo.Dudé, llena de desconfianza, pero no tenía muchas opciones, así que salimos al pasillo, donde las dos doncellas habían sido noqueadas.Corrimos con prisa, subiendo a una torre elevada en la punta de la montaña.Los túneles vacíos, todos pendientes de las peleas. Se escuchaba el furor en la lejana arena.—¡Espera! ¡No me puedo ir sin Gregory! ¡Ayúdenlo, por favor! —le supliqué, aferrándome a su brazo.Siempre había tenido recelo de los habitantes del Bosque O
NARRADORASvento se paró de su asiento, lleno de ansiedad, atravesando la niebla y viendo cómo la gigantesca Titanófago se lanzaba sobre el príncipe y lo engullía por completo dentro de su boca, tragándolo de un bocado."¡Sí, sí, SÍÍÍ!" rugía en su interior, lleno de júbilo.Se salvó del fuego mágico por suerte, pero esta vez… esta vez era imposible.Damon de Wynter estaba acabado. O al menos, eso pensó…*****Dentro de la Titanófago...Bajando por los anillos musculares de la poderosa serpiente, el príncipe lycan estaba cubierto de la saliva paralizante de la criatura.No podía moverse aunque quisiera.La daga cayó de sus dedos inertes, su cuerpo descendía, enredado en asquerosos fluidos, y apenas podía respirar.La presión se hacía insoportable, y sus huesos crujían, a punto de romperse.Así devoraba a sus víctimas la Titanófago. Y cuando llegara a su poderoso estómago, todos los ácidos y enzimas lo destrozarían en minutos.Damon luchaba con todas sus fuerzas, intentando moverse, cl
NARRADORALos ojos índigos del príncipe la seguían desde el momento en que tomó conciencia, midiendo cada reacción y escuchando cada palabra de su boca mentirosa.Cuando se puso a llorar sentada en el suelo, se sintió como un cabrón, su decisión de castigarla tambaleándose.Temía preguntarle de frente, que Lorien le dijera en su cara que solo se parecía al hombre que amaba de verdad.Estiró la mano para empujar la ventana y pasar a la habitación, pero entonces…—… lo siento… Damon.La expresión del príncipe lycan se volvió aún más fría y peligrosa.Ya no deseaba escuchar nada más.Se arrojó desde las alturas, cayendo dentro del pasillo excavado en la cueva y avanzó con ira a luchar, dispuesto a destrozar a quien se le pusiera delante.Para él, hoy todos tenían la cara del idiota de Damon.*****Svento miraba la lucha sobre la arena. Ahora que detallaba los ojos de ese guerrero, el sudor frío le bajaba por la espalda.Prácticamente, no tenía dudas, era el temido príncipe Damon.Su esti
NARRADORA—¡¿Qué dijiste?! —Svento alzó la voz por el asombro.Caminó hacia la mujer temblorosa y la tomó por el escote del sucio vestido.—¿Dónde lo viste? ¡Como me mientas…!—¡No miento, señor, no miento! —los sollozos de Nadia se elevaron.La verdad es que no estaba cien por ciento segura.Una cosa era el retrato dibujado y otra el hombre marcado y lleno de cicatrices que Lorien trajo a la manada.Sin embargo, el parecido era demasiado, sobre todo los ojos y ese macho parecía confundido. Quizás esa perra había capturado al príncipe para su beneficio.Muy astuta la mosquita muerta.—Es… es el luchador que se tapa el rostro y el cabello. Está herido, pero yo lo vi sin esos trapos. ¡Debe ser el príncipe lycan!—¡Cállate! —Svento le dio una bofetada que la mandó al suelo, escupiendo sangre - ¿Cómo te atreves a mencionar tan fácil a la familia real?Los órganos internos de Naida ya estaban dañados, el cuerpo hinchado, el dolor llegando al entumecimiento.Svento la miró llorando en el su
DAMON—¡Lorien! ¡Lorien! —la llamé aguantándome el enojo que iba en aumento.Salí de su cuerpo, mucho más disgustado de lo que hubiese imaginado, acomodándola sobre la cama.—Muy conveniente para ti quedarte dormida justo ahora, ¡maldit4 sea! —rugí, apretando los dientes, viendo su rostro inocente, mirando su cuerpo lleno de mis marcas, con mi olor… Ah, no. No. Solo le había hecho el trabajo a otro.Al tal imbécil de Damon. ¡¿Qué carajos?!Me bajé de la cama, caminando por la habitación como un animal salvaje, desnudo y pensando en tantas posibilidades.¡Me mintió en todo! Pensé ilusamente que sí éramos mates, que por eso me había comprado como esclavo… acaso… ¿le recordé a ese hombre desde el inicio?—¡AAGGR! —¡BAM!Arrojé una figura que cayó al suelo, haciéndose añicos. Perdía el control de mis emociones, no pensaba de manera racional. ¿Por qué me sentía tan traicionado, tan decepcionado?Necesitaba salir, despejar mi mente. ¡Necesitaba a mi maldito lobo!Comencé a caminar hacia la
DAMON ¿De verdad estaba enferma? —No… no tienes que forzarte, tu enfermedad… —saqué el último resquicio de caballero que me quedaba, aunque yo mismo deseaba coserme la boca. Una sonrisa baja y ronca salió de esa boca pecaminosa, me encontré arqueando los labios también como un idiota. ¿Quién era este ser que se combinaba con la inocente Lorien?, ¿su loba reprimida? Y además, ¿qué era tan gracioso? —Mi enfermedad se llama virginidad —se acostó por completo sobre mi cuerpo mientras confesaba esas palabras increíbles. Mis ojos se abrieron un tanto incrédulos… si tenía un hijo de 10 años… Pero algo caliente comenzó a tragarse mi hombría, centímetro a centímetro, haciéndome olvidar todas las preguntas… —Tú tienes la cura y yo… sshhh… deseo que me cures bien profundo y que me llenes con tu corrida… mmm… —jadeó sentándose, comenzando a penetrarse lentamente. —Aaahh… —subió la cabeza gimiendo, sus pestañas se abanicaron, mi sanidad ya se había ido al demonio hace mucho tiempo. —Hazm