Capítulo — La vigilia de Sofía
(Punto de vista: Sofía Rojas)
La noche cayó sobre el hospital con un peso distinto. No era oscuridad, era la espera. El pasillo se fue apagando de a poco: primero las voces, después los pasos, luego los murmullos de las enfermeras cambiando de turno. Pero yo no me moví.
Adrián me insistió más de una vez.
—Sofi, al menos nos quedamos en el hotel de enfrente. Dormís, descansás, y a la mañana volvemos…
Negué, una y otra vez.
—No. No pienso alejarme de acá. Quiero estar donde pueda escuchar si alguien me llama.
Él suspiró, resignado. Y entonces lo vi ponerse en movimiento, como si hubiera asumido una misión. Pidió almohadas, mantas, habló con los enfermeros hasta que logró traer un colchón inflable de los que usan para pacientes con riesgo de escaras. Lo instaló sobre el diván del consultorio de Guillermo, lo conectó a la corriente y lo dejó inflando mientras buscaba más cosas.
Me quedé mirándolo en silencio. No era el Adrián arrogante al que