Capítulo 34– Si Tocás a Sofía, Me Tocás a Mí
Punto de vista: Liliana Acosta
El ascensor subía lento.
Demasiado lento para el fuego que le hervía en el estómago.
Lili tenía los ojos inyectados, el ceño fruncido y el corazón en modo guerra. Una que no iba a perder.
Su abrigo flotaba detrás de ella como una capa de batalla.
Ni la recepcionista se atrevió a levantar la vista cuando la vio cruzar el pasillo.
El ambiente cambió.
Hasta el aire pareció hacerse a un lado.
—¡Adrián Castell! —rugió, abriendo la puerta de vidrio del despacho sin esperar invitación.
El CEO levantó la vista del plano del laboratorio que aún tenía entre los dedos.
—¿Lili? ¿Qué pasó? ¿Sofía y el bebé están bien?
Ella no se molestó en responder con calma. Como un huracán cerró la puerta con un golpe que hizo temblar la pared.
—¿Qué pasó? Te lo digo en una frase: Sofía está llorando, con el alma hecha pedazos porque tu ex novia o amante como la quieras nombrar , sabe hasta cuántas veces se lav