Capítulo — Entre la duda y la vida
La noche en la sala de internación tenía un silencio extraño. El monitor marcaba los latidos de Sofía, acompasados y fuertes, pero en su mente todo era un caos. Ella acababa de escuchar lo que más temía y lo que menos esperaba: estaba embarazada otra vez.
El médico había entrado con el sobre de los análisis en la mano y, aunque trató de ser prudente, las palabras habían salido claras y contundentes:
—Felicitaciones, Sofía… está de pocas semanas.
El mundo se le derrumbó de golpe. No era alegría lo que sintió, sino vértigo. El recuerdo del embarazo de Ayden, las inyecciones, el miedo a perderlo, las noches en vela rezando porque no quedara ciego… Todo volvió como un torbellino que le apretaba el pecho. Y, por encima de eso, la certeza de que Adrián la había vuelto a mentir.
En cuanto el médico se retiró, Sofía escondió el rostro entre sus manos y murmuró con amargura:
—¿Por qué no me ligué las trompas? ¿Por qué este imbécil no se hizo la vas